Escuelas de Trabajo Social y de Sociología avanzan en sus procesos de certificación
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*Aunque el proceso no es obligatorio, para la Facultad de Ciencias Sociales resulta indispensable como gesto de transparencia.
La Escuela de Trabajo Social y la Escuela de Sociología, ambas pertenecientes a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso, se encuentran en proceso de certificación de sus programas académicos, a pesar de que la ley no lo exige como una obligación. En los dos casos, las expectativas son altas, tanto desde las propias carreras como desde la Facultad.
Según expresa el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Juan Sandoval, “los procesos de certificación son muy importantes para nuestro proyecto de desarrollo, porque responden a una política institucional, por medio de la cual la Universidad optó por mantener un proceso de monitoreo y evaluación de los procesos de calidad de sus carreras, con independencia de que la ley no lo establece como obligatorio para nuestras disciplinas. Para la Facultad es muy relevante que Trabajo Social y Sociología se sometan a este proceso de certificación, es un gesto de transparencia en el cual sus procesos se someten al escrutinio de su comunidad de pares, identificando oportunidades de mejoras para hacer de nuestras carreras programas académicos cada vez de mayor calidad”.
Por su parte, María Angélica Cruz, secretaria de Facultad, señala que “además de la importancia que reviste contar una certificación avalada por pares externos, creo que los procesos de certificación obligan a las comunidades académicas a revisar su quehacer y poner en común logros, desafíos y propuestas de mejora. Así, el solo hecho de preparar este proceso implica que toda la comunidad —académicas, académicos, funcionarias, funcionarios y estudiantes— observa su práctica y activa dispositivos de escucha. Esa escucha se amplía al entorno, sumando a empleadores y egresados. Ese es el sentido de buscar y crear indicadores, encuestas, entrevistas y las distintas formas de fuentes de verificación. Es poner en común qué se hace, cómo y para qué. Para la Facultad, entonces, es de suma importancia que estas dos Escuelas hayan decidido realizar este procesos de certificación que ha permitido reconocer lo realizado y diseñar modos de seguir mejorando”.
En lo que se refiere a las expectativas ante estos dos procesos, el decano Sandoval indica que “son altas. En los últimos años ambas carreras han tenido mejoras muy significativas en infraestructura, han fortalecido sus claustros académicos, han mejorado su productividad científica y han innovado sus programas curriculares con el propósito de tener mejores indicadores académicos. Estoy seguro de que todas estas mejoras se van a expresar en un muy buen resultado en el proceso de certificación”.
María Angélica Cruz comenta a su vez: “Creo que todas las mejoras que se han realizado y la forma en que ambas Escuelas afrontaron los desafíos de los últimos años, marcados por el Estallido Social y la pandemia, debieran reflejarse en el logro de una certificación mucho mejor que la que ya teníamos”.
Escuela de Sociología
Según explican Daniela Jara, directora de la Escuela de Sociología, y Sonia Reyes, exdirectora, y Alessandra Olivi, “la carrera de Sociología realizó su primer Informe de Autoevaluación durante el año 2013 y recibió su Resolución de Acreditación N°2013-294 de la Agencia Acreditadora AKredita Q.A, por un plazo de cuatro años a partir de la fecha del acuerdo, es decir hasta el 19 de marzo de 2017. El segundo Informe de Autoevaluación lo realizó durante el año 2018 y recibió su Resolución de Acreditación N°753 de la Agencia Acreditadora AcreditAcción, por un plazo de cuatro años a partir de la fecha del acuerdo, es decir desde el 14 de marzo de 2018 hasta el 14 de marzo de 2022”.
De esta forma, este año la carrera de Sociología se presenta a su tercer proceso de certificación (los dos anteriores denominados acreditación). “En abril pasado, el Comité de Autoevaluación de la carrera, integrado por los profesores José Manuel Gaete, Mónica Iglesias y Sonia Reyes (coordinadora), dio inicio a las actividades del proceso evaluativo mediante la realización de una jornada de trabajo con el Consejo de profesores y posteriormente con el Consejo Académico Estudiantil (CAE). En la elaboración de este documento se contó con la participación de los distintos estamentos que componen la unidad académica. En enero, se hizo entrega del primer borrador del Informe, el cual fue revisado por la Dirección de Autoevaluación y Acreditación de la Dirección General de Desarrollo Institucional y Aseguramiento de la Calidad de la Universidad. Una vez recibidas las observaciones, el Comité procedió a realizar los cambios sugeridos. Este documento fue entregado a la directora de la Escuela de Sociología para su revisión y aprobación. Realizamos los últimos ajustes y enviamos a las autoridades del nivel central. De acuerdo con la planificación del proceso, confiamos en que la visita de pares se realice aún dentro del primer semestre o a inicios del segundo”.
En cuanto a sus expectativas, afirman las profesoras: “Por cierto, cada vez que la unidad académica desarrolla su proceso de autoevaluación, lo realiza con la expectativa de obtener el máximo de años de certificación. En esta oportunidad no es diferente y tenemos razones para ello. A pesar de las dificultades de contexto que hemos enfrentado a nivel del país en los tres últimos años, con el sabido impacto en nuestras actividades académicas, los resultados que arrojó el Análisis de Brecha muestran que la mayoría de las debilidades identificadas, tanto por la carrera como por la Resolución N°753, fueron gestionadas y resueltas en un nivel satisfactorio, de acuerdo con la rúbrica de evaluación establecida por la institución para estos efectos. Lo anterior se tradujo en importantes avances en el período, que han permitido a la Escuela de Sociología consolidarse significativamente y avanzar en los procesos de mejora continua”.
Al referirse a los elementos o acciones destacadas del quehacer de la carreras con miras a la nueva certificación, Daniela Jara y Sonia Reyes señalan que “de manera retrospectiva, se pueden indicar cuatro grandes hitos: 1) la instalación en una nueva infraestructura, 2) la renovación de la planta académica, 3) la creación de la Unidad de Prácticas Profesionales y 4) la Innovación curricular, estos han sido los cambios y avances más significativos en estos cuatro años. Lo anterior ha significado una mejora sustantiva para la unidad académica y ha permitido enriquecer la experiencia formativa de las y los estudiantes de la carrera. Por ejemplo, el emplazamiento de la sede de la carrera en un barrio emblemático de la ciudad de Valparaíso, nos abre la oportunidad de una vinculación histórica con el entorno. Al mismo tiempo, esta nueva infraestructura cuenta con salas de clases, oficinas, salas de estudio, sala de computadores, sala para centro de estudiantes, comedores, terrazas y auditorio. Por último, su ubicación a unos pasos de la Facultad de Ciencias Sociales facilita la creación de un polo universitario que esperamos con los años tenga un impacto virtuoso en el territorio”.
Por otro lado, acotan, “la Escuela inició un proceso de renovación del claustro académico que ha permitido integrar y articular nuevas visiones y experiencias en la gestión de la carrera, en la docencia, investigación y en la articulación de ambas. Académicos/as doctorados/as en prestigiosas universidades internacionales, como Cambridge, Warwick y Oregón State University, entre varias otras. Esta renovación permitió ampliar las áreas cubiertas por la malla del pregrado y robustecer la formación entregada a los estudiantes en áreas clave como género, teoría sociológica, políticas públicas y metodologías cuantitativas y cualitativas. A su vez, los indicadores de investigación en la Escuela, así como la atracción de jóvenes investigadores altamente calificados. Esto se traduce en que hoy la Escuela cuenta con cuatro proyectos Fondecyt en ejecución (regulares y de iniciación) bajo la responsabilidad de cuatro profesores del claustro y corresponsabilidad de uno. Además, un investigador externo patrocinado (Fondecyt de Iniciación) y tres postdoctorantes actualmente patrocinados por la carrera”.
Sobre el tercer hito, la creación de la Unidad de Prácticas Profesionales, apuntan las académicas que “esta unidad ha coordinado tanto el levantamiento de ofertas de prácticas como la asignatura Taller. Esta implementación ha permitido fortalecer la formación profesional de los estudiantes de pregrado, y orientarlos mejor en el tipo de encargos y desafíos que enfrentan las y los sociólogos profesionales en el mundo del trabajo. La Unidad de Práctica ha consolidado una red de colaboración con organizaciones e instituciones tanto en la Región de Valparaíso como en la Región Metropolitana, y ha impulsado un programa de innovación curricular denominado ‘Trayectorias largas’, que permite articular agendas de investigación con las prácticas profesionales”.
Por último, finalizan, “entre 2019 y comienzos de 2021, el Comité Curricular de la Escuela de Sociología realizó un proceso de innovación curricular que concluyó con la actualización del plan de estudios de la carrera; es decir, se redefinió el perfil de egreso, las competencias para la licenciatura y titulación. Los estudiantes que ingresaron este año ya se adscriben a este nuevo plan de estudios”.
Escuela de Trabajo Social
Por su parte, el director de la Escuela de Trabajo Social, Mauricio Ureta, afirma que “el estado de avance del proceso de certificación de la Escuela de Trabajo Social es, según las definiciones de la propia DAA, entre la entrega de informe y la espera de los pares evaluadores. Ya el informe fue entregado, para posteriormente pasar a la coordinación con Agencia Acreditadora y proyectar la visita de pares”.
Sobre sus expectativas ante este proceso, el director señala que “son positivas; se ha desarrollado un trabajo serio, sistemático y con alto rigor técnico que esperamos se vea reflejado en la evaluación de los pares. La expectativa es subir. Tenemos cinco años de acreditación, queremos mejorar y hemos trabajado para ello. Lo que hemos hecho en este proceso, de alto componente participativo, es no sólo visualizar las debilidades —que ya están resueltas—, sino también potenciar lo que nos caracteriza, nuestra historia de excelencia desde 1945”.
Asimismo, el director resalta los elementos destacados del proceso: “Un elemento destacado es la participación; el proceso de certificación ha contado con el involucramiento de todos los estamentos de la Escuela. Al respecto, la pandemia posibilitó que la conexión online sumará masivamente a funcionarios, funcionarias, egresadas y egresados, empleadores y estudiantes. Estos últimos, por ejemplo, han sido muy proactivos y han tenido una participación muy entusiasta, aportando directamente dentro del equipo, trabajando en la producción de material audiovisual que desplegamos permanentemente en nuestras redes sociales. Estamos conformes porque todas y todos de alguna manera han estado en este proceso”.